¿Cómo no voy a ser capaz de elegir lo que quiero? Miras y miras, rebuscas y como te gustan varias embarcaciones te fijas en el precio y el lugar en el que están.
¡ERROR!
Deja el dinero a un lado porque la embarcación puede ser muy barata, pero a ti no te sirve de nada. O muy cara, pero tampoco responde al uso que tú le quieres dar. MÁS caro no significa mejor.
La embarcación tiene que adaptarse a ti, no tú a ella. Por eso, el secreto es saber para qué quieres la embarcación.
- ¿Familiar?
- ¿Deportiva?
- ¿Para actividades acuáticas?
- ¿De recreo?
- ¿Para pescar?
- Para trabajar?
En este punto, sabes que es una inversión, pero dudas de qué es lo mejor para ti y te frustras “Otro año más sin navegar”, el contacto con la realidad cuando vas a comprar un barco puede ser desesperante.
Alguien que comprende cómo funciona realmente este mundo y sabe que este es solo el inicio de una serie de factores que hay que tener en cuenta.